La actividad física regular forma parte del tratamiento de la mayoría de las enfermedades cardiovasculares (ECV), asociándose con una reducción de la mortalidad tanto cardiovascular (CV) como por todas las causas.
La promoción de la actividad física debe realizarse en todo momento por los profesionales médicos, sin embargo, también ha de tenerse en cuenta que el ejercicio, en un reducido número de casos, puede desencadenar una parada cardíaca o muerte súbita, particularmente en personas con ECV. Por este motivo, la recomendación de realizar actividad física regular y participar en programas de ejercicio y actividades deportivas recreativas debe ser cuidadosa, basándonos en los beneficios del ejercicio, pero también en la identificación de ECV, la estratificación del riesgo y la aptitud cardiorrespiratoria del individuo.